Mundo Expomotor

El prestigioso fabricante británico de los carros más lujosos y costosos apunta a superar su propia marca conseguida hace 2 años del carro nuevo más caro de la historia, que logró con el Boat Tail, modelo que fue adquirido por la pareja de artistas Beyoncé-Jay-Z por una cantidad estimada en 25 millones de dólares.

Esta vez, otra pareja, que por ahora se mantiene en el anonimato, encargó la creación de un absolutamente exclusivo vehículo, que la marca ha denominado La Rose Noire Droptail y que está inspirado en la rosa Black Baccara, que combina el color rojo oscuro y el negro en sus pétalos.

La Rose Noire Droptail es un enorme roadster de 2 asientos que evoca a los carros de los años 20 del siglo pasado. Está pintado con 150 capas de una pintura exclusiva roja oscura que, dependiendo de la incidencia de la luz, varía la tonalidad hacia el negro.

Tiene techo de cristal electrocromático (se oscurece o transparenta con un botón, según lo prefieran los ocupantes) y muchos otros exclusivos detalles, como una estructura de madera en el habitáculo formada por 1603 piezas triangulares pintadas a mano en color rojo y negro que tomó 2 años colocar, un bar extraíble que incluye champagne de Lossy edición especial y finas copas de cristal, una parrilla frontal con 200 lingotes de acero inoxidable pintados a mano.

Un detalle que no puede pasar por alto del Rose Noire Droptail es el reloj de muñeca de la marca suiza Audermars Piquet, ubicado en el tablero y creado expresamente para este carro, que mediante un mecanismo especial el conductor pueda extraerlo y ponérselo. Sólo el reloj está valorizado en unos 216 000 dólares, más de lo que cuestan varios carros de lujo.

Al igual que el Boat Tail, este modelo tiene una larga cola que simula la cubierta de un yate y, contra todo pronóstico, el techo no se esconde en la parte trasera del carro. Una vez que se retire este, tendrá que guardarse en casa.

Está construido sobre una plataforma nueva que no comparte con otros modelos de la marca. Su chasis es de acero y fibra de carbono y contará con el conocido V12 de 6,6 L biturbo con 600 hp, que si bien le da agilidad al vehículo no pretende convertirlo en un deportivo de altas prestaciones.

Además del ejemplar encargado por la pareja, Rolls-Royce planifica fabricar otras 3 unidades similares con las exigencias y caprichos de los futuros compradores. Los conocedores calculan que cada una de estas joyas sobre ruedas podría estar valorizada alrededor de 30 millones de dólares.