Los motores de combustión de gasolina y diésel tienen las horas contadas, al menos en Europa y en los Estados Unidos de Norteamérica, después que organismos de estos 2 grandes mercados pusieran fecha límite al 2035 para permitir la venta de vehículos nuevos movidos por motores térmicos, incluso los híbridos. Esto no significa que los carros que no sean eléctricos desaparecerán de la faz de la tierra, ni que se prohibirá la venta de autos de segunda mano que usen gasolina o diésel. Los vehículos de combustión podrán seguir en circulación hasta el fin de su vida útil, que según los cálculos más optimistas podrá ser después del año 2050, cuando el parque automotor de los países más desarrollados debería haber migrado casi por completo a eléctrico.

Estando las reglas de juego establecidas, la mayoría de fabricantes de vehículos se encuentra en plena transición a la electromovilidad, ejecutando las primeras etapas de sus ambiciosos planes de electrificación y, aunque pocos han puesto fecha límite para la fabricación de automóviles con motores de combustión, casi todos apuntan a convertirse en 2050 en empresas de cero emisiones netas de carbono.

A partir de 2035, seguro que la mayoría de gobiernos empezará a prohibir la venta de vehículos nuevos a gasolina o diésel, como en Europa y Estados Unidos, y propondrán medidas para “persuadirnos” de migrar a carros eléctricos, como:

• Aumentar las áreas de zonas de bajas emisiones en las que se impida la circulación de vehículos que utilicen combustible fósil.
• Subir los impuestos de los vehículos de gasolina y diésel y exonerar a los vehículos eléctricos.
• Poner la gasolina y el diésel a precios menos accesibles.
• Mejorar las ayudas económicas para la adquisición de vehículos eléctricos.

El cronograma de las pocas marcas que se han atrevido en confirmar su dead-line para la producción de vehículos de combustión interna es el siguiente: